La 82ª edición del Festival de Cine de Venecia arrancó con una mezcla de elegancia, relevancia política y espectáculos en forma de cineastas consagrados y celebridades de alto calibre. El director artístico Alberto Barbera abrió la ceremonia en el Lido recordando la profunda conexión entre Sorrentino y el festival, y presidida por el cineasta Alexander Payne.
La Grazia: apertura con dilema moral y crítica política
El telón se alzó con La Grazia, la nueva película de Paolo Sorrentino, protagonizada por Toni Servillo. Lejos de la opulencia visual de obras anteriores, esta cinta adopta una reflexión austera y política, en torno a Mariano De Santis, un expresidente italiano enclaustrado entre decisiones éticas complejas: una ley de eutanasia y pardones presidenciales. Servillo y Anna Ferzetti encarnan con sensibilidad el choque generacional y la responsabilidad política. El filme fue recibido con largas ovaciones, en parte por su elegancia visual y narrativa, pero también por su carga emocional sobre la conveniencia de tomar posición —especialmente si relacionamos su estreno con el contexto global y las tensiones políticas recientes.
Homenajes y presencia de leyendas del cine
Durante la gala, Werner Herzog recibió el León de Oro honorífico por su trayectoria, de manos de Francis Ford Coppola, quien acudió al festival pocos días después de superar una operación cardíaca. Su aparición renovó la emoción de un público que celebró de pie su presencia en Venecia—un momento cargado de simbolismo.
Además, se anunció que Kim Novak también recibirá un León de Oro honorífico por su contribución al cine.
Alfombra roja de alto voltaje
La alfombra roja se iluminó con la presencia de figuras emblemáticas como Cate Blanchett, quien llamó la atención no solo por su elegancia, sino por su declaración de moda sostenible al reaparecer con un vestido ya usado en un evento anterior.
Además, George Clooney, a pesar de combatir una infección sinusal, acaparó titulares al recibir una ovación de diez minutos durante la presentación de Jay Kelly (dirigida por Noah Baumbach), acompañado por su esposa Amal Clooney.
Cine para debatir: Bugonia, Herzog y más
En la sección competitiva, la atención se centró también en Bugonia, de Yorgos Lanthimos, con Emma Stone rapada para el papel, propone una sátira de ciencia ficción cargada de conspiraciones y metáforas sobre deshumanización y control.
El festival contó con el estreno del documental de Werner Herzog, Ghost Elephants, una exploración lírica de la naturaleza y su presencia mítica.
Contexto político y tensiones en el aire
La apertura no estuvo exenta de política real. El contexto del conflicto en Gaza generó protestas y llamados a disuadir la presencia de ciertas figuras públicas, aunque el festival evitó tomar posiciones explícitas, defendiendo su misión cinematográfica ante un escenario cargado.
Campeones de debuts y expectación de cine
Los pasillos estaban llenos de expectativa por títulos de peso que también habían generado rumores:
La sección oficial prometía estrenos como Frankenstein (Guillermo del Toro), A House of Dynamite (Kathryn Bigelow) o Jay Kelly (Noah Baumbach), además de otros filmes de alto perfil.
Conclusión: un arranque que combina autoría, controversia y estrellas
La primera jornada de Venecia 2025 logró lo que muchos festivales anhelan: equilibrio entre cine autoral, glamour gracias a su reparto y una mirada consciente hacia los dilemas morales y políticos del presente. La Grazia abrió con estilo y profundidad, los homenajes se redondearon con emoción y el line-up apunta a hacer del Lido la plataforma decisiva del otoño cinematográfico.
De seguir así, esta edición quedará marcada tanto por lo visto en pantalla como por el compromiso e intensidad fuera de ella: el cine sigue siendo, también aquí, espejo y brújula.
